Una ruta o viaje seguro comienza en casa y entre todos podemos conseguirlo:

1. En las rutas escolares o de trabajadores, es decir, rutas fijas y establecidas, se debe de estar, al menos, 5 minutos antes de la hora estipulada de la llegada del autocar, aunque la recomendación es de estar 10 minutos antes por la sencilla razón de que muchas veces las rutas se adelantan por la fluidez del tráfico o porque algunos usuarios no han utilizado el servicio y el tiempo entre paradas disminuye considerablemente. Un autocar, una vez iniciada una ruta, no puede hacer tiempo en una calle por el riesgo de seguridad que pudiese producir en la zona detenida.

2. Los objetos sueltos como los bocadillos, muñecos o balones deberán llevarse guardados en las mochilas o bolsas para tal efecto, evitando distracciones o problemas de seguridad: un objeto podría llegar a los pedales del puesto del conductor.

3. El uso del cinturón es obligatorio para todos los usuarios. Nuestros conductores tienen una formación continua anual para que los trayectos y los viajes sean seguros estando preparados para la conducción de emergencia, reduciendo la velocidad máxima permitida y asegurando el interior de nuestros vehículos los cuales cumplen con todas las medidas de seguridad exigidas para evitar accidentes. No obstante, el uso del cinturón asegura que en caso de que fallen los mecanismos adaptados por autocares Agrupabus, por ejemplo el impacto de otro vehículo, el usuario no sufra daños o los minimice considerablemente. Otras de las razones por la que insistimos en ponerse el cinturón es para abaratar el coste del viaje o trayecto: el pago de las multas impuestas por las autoridades corresponde al usuario que lo infrinja.

4. Gritar en el interior del autocar además de incomodo para muchos usuarios, es peligroso. Recordamos que un conductor es una persona trabajando, concentrada en su trabajo y en los miles de condicionantes que rodean su puesto: resto de usuarios de la vía, las condiciones climáticas externas, calles o maniobras complicadas por obstrucciones en giros… Gritar no solo estresa, también sobresalta. Cuando alguien es asustado sin esperarlo, este se encoge. Un conductor también pero con la diferencia de llevar un vehículo muy grande y pesado y podría tener resultados desastrosos.

5. Estar levantado del asiento o hacer fotos con flash produce que el conductor, como hemos dicho antes, deje de prestar atención a su puesto para atender el interior del vehículo. Si pensamos en una persona mirando hacía atrás mientras conduce nos produciría pánico. El ser humano está preparado para reaccionar, es un autodefensa. Si un golpe, un ruido, un fogonazo (flash de una cámara de fotos por ejemplo) o una pelea, podría hacer que el conductor perdiera la atención a lo que tiene en la carretera: curvas, otros vehículos, peatones…

6. Miles de veces nos preguntan la razón por la que no se puede comer en los interiores de los vehículos. Hay varias respuestas. La primera, como siempre, la seguridad en el interior. Un vehículo en marcha esta expuesto al estado del firme de la calzada, de las inercias del vehículo, del resto de usuarios y evasiones de emergencia. Uno de estos movimientos podría producir que nos atragantáramos y no tuviéramos opción a ser atendidos. Otras de las razones por las que no se permite comer es la limpieza, pero eso no hace falta explicarlo porque todos nos bajamos del autocar dejándolo tan limpio como nos lo hemos encontrado.

7. La seguridad no solo es por parte de los usuarios que utilizan el servicio. Hay que tener en cuenta que la seguridad en las carreteras corresponde a todos los usuarios de las vías: camiones, coches, motos, ciclistas, peatones… Cuando un vehículo pequeño, por ejemplo un coche, se detiene para comprar algo en un quiosco, por poco tiempo que sea, obliga a un vehículo pesado a realizar una serie de maniobras muy complicadas y peligrosas y en muchos casos, a detenerse completamente: un autocar debe anticipar la maniobra cien metros antes del vehículo detenido, controlar quien viene por el carril contrario y asegurarse de que nadie esta realizando un adelantamiento indebido (que los hay) de algún vehículo que nos precede. Una vez hecho esto, se debe regresar al  mismo carril por el que íba. Un coche entra por casi cualquier sitio, un autocar se queda bloqueado, empeorando la circulación en la zona produciendo alteraciones y momentos peligrosos por parte de otros conductores (impaciencia). Tenemos que ser conscientes de dónde y como paramos, en la carretera nunca estamos solos. Si añadiéramos algo a este punto sería la comprensión: impedir el paso de un vehículo pesado una vez a comenzando la maniobra es un grave error, ya que además de infringir alguna que otra norma de circulación, estaríamos bloqueando por completo una calle. Si ya nos hemos imaginado lo complicado que es realizar una maniobra, vamos a imaginarnos realizarla hacía atrás con vehículos impacientes que siguen la misma trayectoria que el vehículo pesado.

8. Algo parecido ocurre en los colegios. Los autocares escolares llevan niños a los centros. No llevan mercancías. Aparcar en la puerta de los colegios o en las zonas de paso dificultando las maniobras de los autobuses no solo pone en riesgo a los que utilizan el servicio, sino también a quien lo rodean: en estas zonas nunca sabes cuando un niño saldrá corriendo o saldrá del interior de un vehículo. Los autocares normalmente disponen de una zona de carga y descarga de pasajeros en las zonas escolares, pero no siempre se les respeta o se les deja el espacio suficiente para realizar la maniobra. Es injusto que chicos que utilizan una ruta escolar no puedan hacerlo con la seguridad que se merecen.

Entre todos, si corremos la voz, podemos mejorar la convivencia en las carreteras.